Política Marxista
En el marxismo, la lucha para controlar las fuerzas de producción es la fuerza dinámica detrás del desarrollo humano. El sistema económico determina otras características de una sociedad, incluyendo su estructura política. Para Carlos Marx, la "estructura económica de la sociedad es la verdadera base en donde se apoya la moral, las superestructuras legales y políticas y con la cual se corresponden formas definidas de consciencia social."
Por esto, para un marxista, sistemas políticos particulares están basados, y surgen, de sistemas económicos particulares. Una economía socialista, por lo tanto, coloca la base para una verdadera democracia (aunque una forma "impura" de democracia sí existe en naciones capitalistas). Verdadera democracia no es el objetivo de la política marxista, y de hecho, los marxistas ven la democracia como poco más que un mal necesario. V.I. Lenin explica: "La democracia es un estado que reconoce la subordinación de la minoría por la mayoría, es decir, una organización para el uso sistemático de la fuerza por una clase contra la otra, por una sección de la población contra la otra, Esta definición de la democracia es consecuente con el énfasis marxista sobre la lucha de clases.
Política Marxista: Cuando se trata de política marxista, los marxistas ven el mundo como una lucha entre la burguesía (dueños de la propiedad privada y de los medios de producción) y el proletariado (trabajadores), con la economía como la base en la que el resto de la sociedad es construida. Los marxistas creen que el Estado es una arena en la que los ricos y los pobres luchan. Por esto, los marxistas ven como indeseable a un Estado o república democrática, especialmente en un sistema económico capitalista. Según Engels: "El Estado moderno, sin importar su forma, es esencialmente una máquina capitalista. Esta "máquina" es un Estado inaceptable, ya que se enfoca tan claramente en explotar a sus ciudadanos.
En una sociedad socialista, el modo de producción no explota a sus ciudadanos hasta el punto que lo hace el capitalismo, y por esto, favorece un sistema político menos explotador. Los gobiernos socialistas tienden a desalentar el antagonismo de clases ya que ellos están basados en sistemas económicos que están cerca de abolir las diferencias de clases. Esta naturaleza menos explotadora de gobierno hace a la democracia más genuina, y al socialismo más atractivo que el capitalismo. Sin embargo, el socialismo todavía carece de varios factores del Estado ideal del comunismo.
Política Marxista – El Nuevo Orden Mundial
La política marxista termina con el establecimiento del comunismo mundial como un nuevo orden mundial y la disolución del Estado – éstos son pasos evolutivos inevitables. En el mismo sentido en que los humanos, las sociedades, las economías, y la política evolucionan, así también el nuevo orden mundial es un avance evolutivo sobre pasadas naciones, estados, tribus, y otras distinciones de raza o de clases.
Georgi Shakhnazarov, un alto funcionario del ex-presidente soviético Mikhail Gorbachev, escribe: "Nuestra época es la época de la transformación revolucionaria de la sociedad capitalista a la comunista" Al trazar los comienzos de la revolución, dice: "la construcción de un nuevo orden mundial. . . comenzó en octubre de 1917 por la Rusia revolucionaria, al proclamar los principios socialistas." El establecimiento del comunismo mundial, el objetivo final del marxismo, pone los medios de producción en las manos del pueblo, suprime clases, suprime el Estado, y conduce a una sociedad mundial de cooperación y consenso.
Política Marxista – Conclusión
En la visión marxista de la política, todas las formas de gobierno son reflejos horribles del hecho de que el antagonismo de clases existe. Los marxistas abogan una forma de democracia que llaman la "dictadura del proletariado" como el primer paso hacia el socialismo. Cuando la sociedad socialista evoluciona en el comunismo, las distinciones de clases ya no existirán, lo que eliminará la necesidad de un Estado en cualquier forma.
Sin embargo, hasta que el comunismo mundial sea una realidad, el conflicto entre sociedades socialistas (cuyos Estados están en proceso de desaparición) y las sociedades capitalistas, será una realidad. Este conflicto incluirá guerras como una extensión del antagonismo de clases. Así como chocan la burguesía y el proletariado, así lo harán las naciones controladas por capitalistas y las naciones controlados por socialistas. Por esto, el establecimiento del comunismo mundial y la abolición de todas las formas de gobierno son los objetivos inmutables de los marxistas. Para este fin, están dispuestos a suprimir, perseguir, y emprender guerras contra el enemigo.
La historia política y militar del marxismo, desde la Revolución de Octubre de 1917 hasta el levantamiento estudiantil de la Plaza Tian'anmen en 1989, es uno de los mecanismos de muerte más despiadados y eficientes que el mundo haya presenciado. El número de víctimas de este experimento "de socialismo científico" excede la cifra de 100 millones, de acuerdo con el profesor de la Universidad de Hawaii, R.J Rummel, autor de Death By Government. Rummel resume el período diciendo que es "como si nuestra especie hubiera sido devastada por una Peste Negra moderna."
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